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TOMISMO
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EL TOMISMO DE LUBLIN
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LOS COMIENZOS DEL TOMISMO DE LUBLIN
Terminada la Segunda Guerra Mundial, la Universidad Católica de Lublin creó en 1946, en un ambiente de gran efervescencia intelectual, la Facultad de Filosofía, en la que, acaso por las mismas condiciones restrictivas impuestas por el sistema comunista, dio origen a una visión filosófica aristotélico-tomista que, en definitiva, tuvo la fuerza y coherencia para alcanzar un desarrollo pleno.
"El Tomismo de Lublin entró en vigor justo en el peor momento del reinado del terror comunista, en los años cincuenta, bajo influencias externas extremadamente difíciles. Lo hizo, por una parte, en contra de la convicción de la vieja escuela del llamado «tomismo tradicionalista», que pensaba que ya estaban dadas todas las respuestas y que sólo tenían que ser aprendidas, y, por la otra, también contra el «espíritu moderno» de la época, que mantenía que la tradición debía ser rechazada y que era necesario un nuevo comienzo.
"La escuela fue una obra colectiva, aunque no todos sus miembros contribuyeron en la misma medida. Ciertamente, tales contribuciones son imposibles de estimar solamente en función de los escritos publicados. Las frecuentes e intensas conversaciones e intercambios de opiniones fueron también contribuciones vitales.
"¿Qué influencias se pueden ver en ella? En primer lugar, podemos observar la influencia del llamado «tomismo existencial» francés de Gilson y Maritain. En seguida se puede ver el criticismo a los «comentaristas» de Santo Tomás y la aspiración de leer ante todos los textos tomistas originales. Se puede observar, además, la aspiración a buscar en las ideas y los métodos de Santo Tomás los medios para la comprensión del mundo y sus problemas actuales. Y también la aspiración al diálogo con los pensadores contemporáneos y el esfuerzo para averiguar lo que hay de valioso en ellos."
Ivan Zelic
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PRIMACIA DE LA METAFISICA
Desde luego, como concepción «aristotélico-tomista», su principal pilar fue precisamente la metafísica del ser realmente existente, proyectada al ámbito práctico a través de la antropología y la ética en ella sustentadas.
"La primacía de la metafísica realista, el rol central de la antropología filosófica y la afirmación de una aproximación racional a la filosofía, fueron los cánones principales de nuestra forma de hacer filosofía, que llegó a ser conocida como la 'Escuela de Filosofía de Lublin'.
"Además, reconocimos la conexión inseparable entre el filosofar realista y la comprensión histórica de los problemas filosóficos. Sin estudios históricos básicos no hay manera de percibir el valor duradero de la reflexión filosófica clásica. Nuestra relación positiva con la historia de la filosofía nos indujo a mantener un ojo crítico en el ahistoricismo de las filosofías fenomenológicas y existencialistas.
"En el trabajo y discusiones de nuestro grupo de filósofos en la Universidad Católica de Lublin, estábamos profundamente convencidos de que nuestro esfuerzo de descubrir al verdadero Santo Tomás y de continuar la linea de desarrollo de la metafísica y filosofía europeas, extendiéndose de lo medieval al tiempo contemporáneo, tenía una significación crucial, no sólo para nuestra universidad, para Polonia y para Europa, sino para todo el mundo. Teníamos la visión de contribuir al diálogo entre Este y Oeste, indispensable para el futuro del mundo y de la Iglesia – una visión que ahora está maravillosamente convirtiendo en realidad Juan Pablo II."
Stefan Swiezawski
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LAS ESCUELAS TOMISTAS
Es un hecho que al interior del Tomismo existen diversas escuelas que enfocan el pensamiento de Santo Tomás desde diversos ángulos no siempre concordantes. He aquí una explicación de este problema desde la perspectiva de la Escuela Tomista de Lublin (KUL).
"La Escuela de Lublin se encuentra entre el «tomismo tradicionalista» – vigente en las Universidades Pontificias romanas, que continúa justificando, por error y sin fundamento, su negación de que el presente sea igualmente generador de valores no menos auténticos que los antiguos –, y el llamado «neo-tomismo», predominante en el presente – que no siempre sabe discernir los valores de la filosofía antigua y que, cuando busca una síntesis con el pensamiento filosófico moderno y contemporáneo, en realidad logra una distorsión radical de la filosofía de Santo Tomás.
"La tercera tendencia, designada a veces por el nombre de «tomismo existencial», se relaciona con el trabajo de los dos más prominentes laicos tomistas contemporáneos: Jacques Maritain y Étienne Gilson. Ella quiere ser completamente fiel a la realidad y, por lo tanto, también a la realidad histórica, pasada y presente. Responde a una necesidad de fidelidad no a un Santo Tomás abstracto que nunca existió, sino al Santo Tomás concreto, el maestro parisino de la teología que enseñó en un tiempo y un lugar determinados.
"Busca, por tanto, permanecer fiel a los textos de Santo Tomás y de los tomistas y no a una escuela como una abstracción; fiel a los textos de todos los otros filósofos que estudia con no menos atención; en corto, fiel al testimonio integral de la historia, tanto de los tiempos antiguos, medievales y modernos, como de la era contemporánea. No se trata de ser tomista o ser moderno, sino de ser filósofo y permanecer en la verdad."
Jerzy Kalinowski y Stefan Swiezawski.
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EL TOMISMO EXISTENCIAL DE LUBLIN
El carácter existencial del Tomismo de Lublin fue adoptado conscientemente por los filósofos de la naciente Facultad de Filosofía, pero no como se acostumbra a creer respecto del Tomismo: como una especie "dogma", sino como una forma de razonar objetivamente los principios de la filosofía aristotélico-tomista.
"Nos unimos a Santo Tomás y nos inspiramos en él en la medida en que está en la verdad. Y si en algún sentido elevamos al Aquinante por encima de los demás filósofos, es porque su «intuición del rol óntico de la existencia» – intuición capital en la filosofía y su desarrollo – es un fenómeno único en el historia de la filosofía, que da a su autor un lugar aparte.
"El Tomismo así entendido ha surgido gradualmente y de una manera espontánea, por una parte, del estudio exhaustivo de Santo Tomás y, por otra, de ese vasto movimiento de investigaciones contemporáneas de la historia de la filosofía medieval, movimiento provocado por el trabajo continuo de los historiadores de la filosofía cristiana desde finales del siglo XIX. Son ellos los que en nuestro tiempo han tenido la capacidad de entender todo el «novum» del pensamiento de Santo Tomás en su tiempo y la importancia de su trabajo para el desarrollo de la reflexión filosófica que, por supuesto, no se detiene en nuestro tiempo.
"Ser filósofo tomista es concebir la filosofía como él la concibió – es decir, «como la contemplación del ser» –, es situar la «filosofía del ser» en la base de todas las demás partes de la filosofía, es adoptar, en la filosofía del ser, sus posiciones iniciales, es respaldar la intuición realista del aspecto «existencial» del ser y, una vez impregnado de este espíritu, conducir la reflexión filosófica personal, independientemente del aspecto real considerado, en la medida de lo posible, tratando de captar el ser en sí mismo y de expresar esa visión personal en el idioma propio. Nos parece que no hay otra manera de ser tomista, sin abandonar la filosofía tomista al dogmatismo filosófico o a una mera historia de la filosofía."
Jerzy Kalinowski y Stefan Swiezawski.
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DOCUMENTACION
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