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ETICA
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LA CONDUCTA HUMANA
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LA ETICA EN ESTADO DE DIVISION
El relativismo dominante en la cultura actual de la humanidad ha impuesto la fórmula: cada cual descubre y acepta su propia verdad, aunque esa verdad no tenga nada que ver con la verdad de los demás. Eso conduce a que la conducta moral adquiera modalidades que no responden ni a principios ni a normas de valor objetivo respecto del bien y al mal moral.
He aquí como Karol Wojtyla plantea la naturaleza de este problema.
"Los estudiosos contemporáneos que se ocupan del área de la moralidad están en completo desacuerdo acerca de la ética. Es difícil encontrar entre ellos una respuesta uniforme a la pregunta: ¿qué es la ética? Muchos incluso rechazar totalmente la posibilidad de su existencia, respondiendo negativamente a la pregunta más fundamental: ¿Tiene la ética alguna base para existir como ciencia? ¿Puede realmente existir como ciencia? Este clima intelectual, sin embargo, de ninguna manera conduce a los estudiosos a alejarse de la zona de la moralidad ni elimina la necesidad de tratar la moralidad de una manera científica."
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EL 'BIEN' COMO FUNDAMENTO DE LA ETICA
Desde luego, en la base del problema se encuentra en entendimiento del trascendental «Bien».
"Aristóteles considera el «bien» en el contexto del «ser». Siempre que nos encontramos con una tendencia deliberada, nos encontramos con un «ser» y con el «fin» hacia el que tiende ese ser. Este «fin» es una «bien». Si ser un «bien» es ser un objeto de una tendencia o deseo, esto significa que el «bien» corresponde, de alguna manera y en cierta esfera, a la naturaleza del ser que tiende hacia él o lo desea. Esta correspondencia, a su vez, pone de relieve el hecho que el «bien» perfecciona al «ser». Como podemos ver, Aristóteles, de acuerdo con su estilo de filosofar, se basa sólidamente, en primer lugar y sobre todo, en la experiencia; experiencia en la que encontramos por doquier el hecho de tendencias hacia fines. Este hecho da fe de que el bien es un elemento constitutivo de la realidad.
"El bien es un fin: aquel al que la cosa tiende. Para explicar por qué la cosa tiende al bien como un fin, debemos volver nuestra atención hacia el ser que tiene la tendencia y considerar su «naturaleza». Nos encontramos con que el bien es siempre lo que de alguna manera corresponde a esa naturaleza, aquello que contiene lo que se necesita para perfeccionar esta naturaleza en algún aspecto. Y así, al término de esta reflexión filosófica sobre las relaciones que se dan en la realidad empírica entre el ser y el bien como un fin, nos encontramos con el «perfeccionismo». El bien es lo que constituye el objeto de una tendencia, es decir, un fin — el bien es aquello que perfecciona a un ser: la esencia de la filosofía del bien de Aristóteles se puede resumir en esta afirmación.
"Esta filosofía formó la base de su ética. La ética de Aristóteles es una ciencia acerca de los seres humanos, que, en la lucha por diversos bienes, deben buscar ante todo el bien más adecuado a su naturaleza racional. Tal bien es el fin propio de la vida y la actividad humana; todos los demás bienes deben servir como medios hacia este fin."
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EL 'BIEN' SEGUN SANTO TOMAS
Luego, Wojtyla describe la aceptación del «bien» aristotélico en el contexto del «perfeccionismo de la ética».
"Tomás de Aquino, en su filosofía del bien, apela a la tradición de Aristóteles y San Agustín. El bien es el fin de un ser, ya que lo hace perfecto. Y así, el bien es siempre la perfección de un ser. Santo Tomás presta especial atención a este aspecto del bien. Su filosofía del ser tiene en cuenta plenamente todo el dinamismo de la realidad. La realidad es dinámica, ya que, según observamos, los seres sufren cambios. Un cambio siempre es una actualización de alguna potencia. La actualización de la potencia consiste en el venir a la existencia de algo que anteriormente sólo existía en potencia – en otras palabras, de algo que realmente no existía.
"Una vez que un ser ya ha comenzado a existir y sigue existiendo, la actualización es la perfección de ese ser. De este modo la actualización de la potencia en un ser está vinculada a la perfección de ese ser. Así, la actualización se refiere siempre a algún paso de la inexistencia a la existencia, y ese acto siempre implica la existencia; en consecuencia, toda perfección o bien consiste en existencia. Santo Tomás considera que esta tesis se apoya en una observación perspicaz de la realidad. Después de todo, lo que cada ser defiende sobre todo es su existencia.
"La existencia es, por tanto, el bien más básico. Además, llamamos bueno a un ser solamente en la medida que encontramos en él la plenitud de la existencia que le es propia: no sólo cuando existe su sustancia, sino también cuando existen en él todos los accidentes necesarios (entia secundum quid). Sólo entonces decimos que el ser es completamente bueno en su clase."
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LA ETICA Y LA FILOSOFIA DE LA CONCIENCIA
Uno de los aspectos más reiterados en el pensamiento de Wojtyla es el rechazo de la «filosofía de la 'pura' conciencia», lo que ciertamente, tiene una significación destacada en el campo de la ética.
"Una ética perfeccionista no se pueden construir sobre los supuestos de la filosofía de la conciencia, mientras que una ética construida sobre los supuestos de una filosofía realista no puede dejar de ser perfeccionista en algún sentido.
"Uno podría sucumbir fácilmente a la ilusión de que para la construcción de la ética lo mejor es proceder desde un análisis de la conciencia: si todo lo que es moral también es consciente, un análisis de la conciencia por sí solo debería permitir que descubramos todo lo que es moral, todo lo que forma el contenido de la ética. Sin embargo, un análisis de la conciencia por sí sola nos permite descubrir sólo los contenidos de la conciencia. El «bien moral» no es solamente un contenido de la conciencia; también es una perfección del ser consciente — y esto es lo primero y lo principal. La perfección de un ser sólo puede ser aprehendida a través de un análisis de ese ser.
"Los sistemas éticos construidos por Kant y Scheler perdieron el aspecto perfeccionista porque divorciaron la conciencia humana del ser humano objetivo. En consecuencia, la conexión fue cortada con el objeto material de la ética, entendido en toda su amplitud, es decir, con el ser humano como tal objeto. Esto ocurrió a pesar de que las orientaciones de Kant y Scheler hayan sido de algún otro modo muy humanísticas y personalistas. Como resultado, tanto la norma de Kant como el valor de Scheler, terminaron siendo suspendidos, por así decirlo, en un vacío, porque el ser humano es un ser completo y no sólo una conciencia."
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DOCUMENTACION
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