'LOS PIONEROS DE LA ESCUELA DE FILOSOFIA DE LUBLIN' *

Ivan Zelic

(Ivan Zelic (1956-), croata, Doctor en Filosofía,
graduado en Economía, Historia y Teología Católica)


Stefan Swiezawski

Albert M. Krapiec

Jerzy Kalinowski

Karol Wojtyla
 

   La Escuela de Filosofía de Lublin surgió después de la II Guerra Mundial en la Universidad Católica de Lublin [Katolicki Universytet Lubelski - KUL), y pasó a ser mucho más conocida después de que uno de sus miembros, Karol Wojtyla, se convirtió en Papa en 1978. El título actual, 'Escuela de Filosofía de Lublin', que hoy se ha convertido en norma, fue utilizado por primera vez por Kazimierz Klosak (el único profesor que introdujo a Karol Wojtyla en la filosofía mientras estudiaba en el seminario clandestino de Cracovia). Otros nombres que se utilizan son 'Escuela de Filosofía Clásica de Lublin' o 'Escuela Tomista de Lublin'.

   Me gustaría de una vez dejar de lado ciertos posibles malentendidos. En primer lugar, aunque la escuela llegó a existir y floreció en la Universidad Católica de Lublin, no todos los profesores de la facultad de filosofía pertenecían a ella. Por otra parte, la escuela no se limita a profesores de Lublin, porque su influencia, a través de las publicaciones de sus miembros, y aún a través de antiguos alumnos, se extendió a otros centros.

   En segundo lugar, los que pertenecían a la escuela no pensaron lo mismo acerca de todo, lo que probablemente está fuera de cuestión tratándose de verdaderos filósofos. No obstante ello, compartieron muchos puntos de vista comunes esenciales, y trabajaron juntos, discutiendo e influenciándose mutuamente de manera muy animada. El grupo de fundadores que dio forma a la escuela y que más influyó en su evolución lo integraron: Stefan Swiezawski, Jerzy Kalinowski, Mieczyslaw Albert Krepiec y Karol Wojtyla. En esta revisión nos limitaremos sólo a decir algo acerca de cada uno de ellos.

1. Breve revisión histórica

   ¿Cómo surgió la escuela? La Universidad Católica de Lublin fue fundada inmediatamente después de la reconstitución del Estado independiente de Polonia en 1918. Sin embargo, la Facultad de Filosofía se estableció sólo después de la Segunda Guerra Mundial, en 1946. Su desarrollo y florecimiento tuvo lugar bajo el régimen comunista de Polonia. El Tomismo había estado presente en la Polonia de entre-guerras, pero tenía un carácter bastante ecléctico y dependía de influencias extranjeras, en su mayoría de la escuela de Lovaina. Sólo después de la Segunda Guerra Mundial el tomismo polaco alcanzaría la mayoría de edad.

   Este avance esencial se logró justo en el peor momento del reinado del terror comunista, en los años cincuenta, bajo influencias externas extremadamente difíciles. ¿Por qué fue así? Tal vez sólo porque las verdaderas respuestas eran en ese momento más necesarias que nunca. La escuela nació a partir de la profunda convicción de que siempre es necesario buscar y amar la verdad, y que esto es siempre posible y siempre fecundo. Entró en vigor, por una parte, en contra de la convicción de la vieja escuela del llamado tomismo tradicionalista, que pensaba que ya estaban dadas todas las respuestas y que sólo tenían que ser aprendidas, y, por la otra, también contra el espíritu moderno de la época, que mantenía que la tradición debía ser rechazada y que era necesario un nuevo comienzo.

   La escuela fue una obra colectiva, aunque no todos sus miembros contribuyeron en la misma medida. Ciertamente, tales contribuciones son imposibles de estimar solamente en función de los escritos publicados. Las frecuentes e intensas conversaciones e intercambios de opiniones fueron también contribuciones vitales.

   Karol Wojtyla, en entrevista concedida cuando estaba siendo entronizado como Arzobispo de Cracovia, recordó esta atmósfera de la siguiente manera:

   "La filosofía me llevó, quizá sobre todo gracias a la ayuda del profesor Swiezawski, a la Universidad Católica de Lublin, y a la Facultad de Filosofía, donde me encontré en un ambiente muy animado y juvenil. En los muchos debates al margen de las clases, junto con una taza de té (que también tenía su significado), pudimos discutir muchos problemas, las cosas en sí mismas y los métodos. Gracias a estas conversaciones pude mirar mi tarea académica de una manera nueva".

2. Los fundadores

   • Stefan Swiezawski puede ser considerado el fundador de la escuela, porque él era el único que había recibido su formación filosófica antes de la Segunda Guerra Mundial y el único que había dado conferencias en KUL desde la fundación de la Facultad de Filosofía. Nació en 1907 en Holubie, y estudió y se doctoró en la Universidad de Lwów. Fue alumno de los principales filósofos polacos Kazimierz Twardowski, Roman Ingarden y Kazimierz Adjukiewicz. El primero fue el padre de la filosofía polaca del siglo XX, el segundo fue el líder fenomenólogo polaco, y el tercero el principal filósofo analítico polaco.

   Trabajando en su disertación, Swiezawski pasó algún tiempo en Francia y allí conoció a Jacques Maritain y a Étienne Gilson, los principales tomistas del siglo XX. Hizo amistad con Gilson y mantuvo con él una larga correspondencia. Después de la guerra viajó a Francia en 1956 sólo por una semana. Allí familiarizó a Gilson, para su gran asombro, con el trabajo de los filósofos de Lublin durante el reinado del terror comunista. Más tarde, fue a Francia en dos ocasiones (1960-1961 y 1964-1965) como maestro de investigación en el Centro Nacional de Investigación Científica de París.

   Swiezawski enseñó durante treinta años en KUL, desde la fundación de la Facultad de Filosofía hasta su jubilación en 1976. En sus seminarios, educó a toda una escuela de medievalistas, que se dedicaron a la investigación en la filosofía medieval en Polonia y en otros lugares, a producir ediciones críticas de manuscritos y a escribir monografías. Él ha recibido el mayor crédito por la llegada de Karol Wojtyla a Lublin. En 1953, el joven Wojtyla pidió al respetado profesor Swiezawski que fuese revisor de su tesis de habilitación sobre Scheler. Allí comenzó su amistad y, en ella, una correspondencia que duró medio siglo y que ha sido publicada recientemente. Al año siguiente, a recomendación de Swiezawski, Wojtyla fue invitado a la posición de docente en KUL.

   Al final del Concilio Vaticano II, Swiezawski recibió de manos del Papa Pablo VI el mensaje del Concilio a los intelectuales, junto con Maritain y Jean Guitton. Él fue el único filósofo católico contemporáneo en los países comunistas mencionado en la 'Enciclopedia Filosófica' soviética. En 1956 fue nombrado miembro de la Academia Polaca.

   Como Gilson, Swiezawski se dedicó principalmente a la historia de la filosofía. Pero también, al igual que Gilson, escribió obras sistemáticas de filosofía. Los dos coincidían esencialmente en que alguien que no es filósofo no puede lidiar con la historia de la filosofía, y quien no conoce la historia de la filosofía, no puede ser filósofo. Swiezawski trabajó con gran intensidad en la popularización de la filosofía y en la difusión y conocimiento de su importancia para la cultura en general, especialmente en sus artículos para la revista 'Znak'. Escribió un gran número de libros, así como muchos artículos, en polaco, francés y alemán. Su obra principal es la monumental "Historia de la filosofía europea en el siglo XV" en ocho volúmenes.

   Su obra más conocida es "Releyendo a Santo Tomás", publicada en varias ediciones en Polonia y traducida a muchos otros idiomas (francés, inglés, checo, ruso, ukraniano). El libro fue editado a partir de sus conferencias dadas a las monjas que dirigían el centro Laski para ciegos. En ella expone el pensamiento de Santo Tomás de manera muy animada, y su importancia no se limita a los expertos.

   • Albert Mieczyslaw Krapiec, sacerdite dominico, también es justamente considerado como un destacado representante de la escuela Lublin. Nacido en 1921 en el pueblo de Bereznwicza Mala cerca Ternopol (hoy en Ucrania), se unió a los dominicos en 1939, y en 1945 fue ordenado sacerdote. Se doctoró en filosofía y teología. Fue conferencista en KUL a partir de 1951; fue varias veces Decano de la Facultad, y también Rector de la Universidad durante trece años (1970-1983). Gracias a sus investigaciones sobre la dignidad del hombre y la soberanía de los pueblos, fue invitado a dar un discurso en la reunión de Gorbachov con intelectuales polacos, el 13 de julio de 1988

   Krapiec fue el spiritus movens de la Escuela de Lublin. Él hizo la mayor contribución a la construcción de las posiciones de la escuela, y también a la expansión de sus ideas, por medio de sus alumnos y sus numerosos libros, muchos de los cuales tuvieron varias ediciones. Contribuyó también a una mayor propagación de las ideas más allá de Polonia, con su asistencia frecuentes a simposios internacionales y con sus artículos en revistas extranjeras. Es miembro de numerosas academias y asociaciones (Academia Polaca, Academia Papal de Santo Tomás), y ha sido galardonado con numerosos doctorados honoris causa (p.e., el Instituto Pontificio de Estudios Medievales, de Toronto, la Universidad Católica de Lovaina) y también recibió numerosas condecoraciones estatales.

   Sus dos obras principales son los libros 'Metafísica' y 'Yo, Hombre'. Ambas obras son consideradas clásicas en Polonia.

   Se ocupó principalmente de la metafísica y la antropología filosófica. En particular, investigó la metodología de la metafísica y de la filosofía en general. Escribió sobre muchos otros temas, acerca de la cognición humana, el lenguaje, la cultura, la filosofía política y, en particular, la cuestión de la soberanía. En Polonia sus obras han sido publicados en 23 volúmenes.

   Casi todas sus obras incluyen una investigación crítica de las soluciones ofrecidas a lo largo de la historia de la filosofía a los problemas filosóficos de que tratan. En esto siguió conscientemente los ejemplos de Aristóteles y Santo Tomás. Esos análisis muestran su conocimiento excepcionalmente amplio y profundo del pensamiento contemporáneo y de la historia de la filosofía. Sólo después de esos análisis proponía su propia versión de las soluciones.

   Swiezawski y Krapiec son, por varias razones, las figuras más influyentes en la escuela Lublin. Ellos fueron los más activos durante un período más largo y, probablemente, escribieron más libros y artículos. En cambio, Kalinowski dejó Lublin en 1958 y se fue a Francia, y ese mismo año Wojtyla se convirtió en obispo y tuvo que limitar, aunque sin renunciar enteramente, su trabajo en la universidad.

   • Jerzy Kalinowski, abogado, lógico y filósofo, fue después de Swizawski el más antiguo representante de la escuela de Lublin. Nació en Lublin en 1916, y fue conferenciante en la KUL entre 1948 y 1958. Durante algún tiempo fue decano de la Facultad. Después de su traslado a Francia, a la que estaba unido a través de su esposa, permaneció allí hasta su muerte en el 2000. Escribió principalmente en francés y firmó su nombre con la versión francesa, Georges Kalinowski.

   Fue uno de los fundadores de la lógica deóntica, y escribió sobre lógica toda su vida. Se ocupó, además, de diversas cuestiones de la filosofía práctica, la ética, la filosofía de la ley, así como de la metafísica y la antropología filosófica. Su principal trabajo en polaco es el libro "Teoría de la Cognición Práctica". Junto con Swiezawski escribió en francés el libro "La Filosofía a la Hora del Concilio' (1965), dedicándolo a Maritain y Gilson, los que respondieron al libro con complacencia y aprobación.

   • Karol Wojtyla es, por supuesto, el más conocido representante de la Escuela de Lublin. Nació en Wadowice el 18 de mayo de 1920. Fue ordenado sacerdote el 1° de noviembre de 1946 en Cracovia. Hizo sus estudios de postgrado en la Universidad Papal de San Santo Tomás en Roma (Angelicum). Se doctoró en Teología Sagrada en la Facultad de Teología de la Universidad Jaguelónica de Cracovia. Al mismo tiempo, defendió allí su tesis de habilitación, 'La posibilidad de la construcción de una ética cristiana sobre la base del sistema de Max Scheler'. A partir de 1954 fue profesor de ética en KUL, hasta su elección como Papa en 1978. Pero su dedicación a la enseñanza y el trabajo de investigación en la filosofía fue limitado, ya que en 1958 ya se había convertido en obispo auxiliar de Cracovia, y en 1964 fue elevado al cargo de Arzobispo de Cracovia. En todo caso, toda su formación filosófica tuvo lugar en este círculo.

   Sus dos obras filosóficas más importantes son "Amor y responsabilidad", publicada en 1960, y "Persona y Acción", publicada en 1969. Ambas obras han sido traducidas a varios idiomas. Como Papa ha escrito y hablado en muchas ocasiones sobre cuestiones filosóficas, en particular, y más sistemáticamente en la encíclica "Fides et ratio" (1998). Pero es importante distinguir entre lo que habló como filósofo y cuando lo hizo como maestro supremo de la Iglesia. Él mismo ha hecho claramente esta distinción.

3. Las Ideas

   Y ahora sólo un poco acerca de las principales ideas de la Escuela de Lublin. ¿Qué influencias se pueden ver en ella? En primer lugar, podemos observar la influencia del llamado tomismo existencial francés de Gilson y Maritain. En seguida se puede ver el criticismo a los comentaristas de Santo Tomás y la aspiración de leer ante todos los textos tomistas originales. Se puede observar, además, la aspiración a buscar en las ideas y los métodos de Santo Tomás los medios para la comprensión del mundo y sus problemas actuales. Y también la aspiración al diálogo con los pensadores contemporáneos y el esfuerzo para averiguar lo que hay de valioso en ellos.

   Krapiec dice que fue la distancia, geográfica y política, del oeste, lo que hizo más fácil para los filósofos Lublin "pensar de una manera mucho más personal sobre el conjunto de materias y dedicarse a los estudios en el espíritu analítico, característico de la mentalidad polaca".

   El centro y fundamento de toda la filosofía es la metafísica que, para Krapiec, es la única disciplina filosófica, mientras que las demás son nada más que metafísica aplicada. Sin una correcta metafísica, no es posible fundar una antropología correcta. Sin la antropología, la ética es imposible, porque es un ser humano el que toma decisiones morales, buenas o malas. Una falsa antropología conduce al totalitarismo, como lo muestra claramente la historia reciente. En esta área, más que en ninguna otra, se puede ver que la filosofía no es un juego inofensivo de palabras, sino que tiene graves consecuencias para la vida humana y para la política.

   Las intuiciones metafísicas fundamentales nos son dadas por Tomás de Aquino, y la escuela Lublin siempre ha sido considerada notablemente tomista. ¿Qué nos da Santo Tomás? "Él no nos da, ni podemos esperar que nos dé – escribe Swiezawski en 'Releyendo a Santo Tomás' –, una fórmula predefinida de la manera de vivir y de actuar. No se trata de eso. Él nos enseña la contemplación filosófica, y esto tiene una influencia formativa en la configuración de la totalidad de nuestra cultura. Este tipo de formación nos dará finalmente lo que tanto necesitamos: ojos para ver y oídos para oír."

   ¿Y qué veremos? Veremos la realidad, la pensaremos, y no permaneceremos más o menos encerrados en nuestro propio mundo. El Tomismo es "esencialmente opuesto al subjetivismo, a la concentración en el yo, que, por desgracia, caracteriza todo el pensamiento europeo moderno… La manera de pensar de Santo Tomás es una cura radical para esta manera subjetivista, egocéntrica de pensar".

   Si la existencia está en el centro de atención, no es posible vagar fuera de la realidad. Entonces tampoco es posible ningún tipo de a priori, en los que lo que se ve aparece como si fuese una esencia y no un ser. Además, si se parte del ser real, entonces este tipo de filosofía está abierto, según Krapiec, a todo tipo de realidad y todo tipo de verdad objetiva. "Lo que caracteriza el sistema filosófico de Santo Tomás es, sobre todo, su apertura."

   El punto de partida de la antropología filosófica consiste en los hechos fundamentales sobre el hombre; estos hechos no pueden ser negados en nombre de una teoría filosófica, más bien la filosofía tiene que explicarlos. Es en esto, según Krapiec, que Santo Tomás es diferente de los filósofos modernos. "En general, podríamos decir que Santo Tomás en estas áreas de conocimiento utiliza el método que se puede llamar por el lema «de los hechos hacia su explicación y hacia la teoría», en contraste con el enfoque de los pensadores contemporáneos cuyo lema parece ser «de la teoría a los hechos y su comprensión»."


Transcrito parcialmente del artículo 'The Lublin School of Philosophy',
publicado en pdf en la internet. Traducido por Angel C. Correa